Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.
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Wednesday, May 21, 2014
Sunday, May 11, 2014
A la recherche du temps perdu
In Search of Lost Time (French: À la recherche du temps perdu)—translated previously as Remembrance of Things Past—is a novel in seven volumes by Marcel Proust (1871–1922). His most prominent work, it is known both for its length and its theme ofinvoluntary memory, the most famous example being the "episode of the madeleine." It gained fame in English in translations by C. K. Scott Moncrieff and Terence Kilmartin as Remembrance of Things Past, but the title In Search of Lost Time, a literal rendering of the French, has gained usage since D. J. Enright adopted it for his revised translation published in 1992.
The novel began to take shape in 1909. Proust continued to work on it until his final illness in the autumn of 1922 forced him to break off. Proust established the structure early on, but even after volumes were initially finished he kept adding new material and edited one volume after another for publication. The last three of the seven volumes contain oversights and fragmentary or unpolished passages as they existed in draft form at the death of the author; the publication of these parts was overseen by his brother Robert.
The work was published in France between 1913 and 1927. Proust paid for the publication of the first volume (by the Grasset publishing house) after it had been turned down by leading editors who had been offered the manuscript in longhand. Many of its ideas, motifs, and scenes are foreshadowed in Proust's unfinished novel, Jean Santeuil (1896–99), though the perspective and treatment there are different, and in his unfinished hybrid of philosophical essay and story, Contre Sainte-Beuve (1908–09). The novel had great influence on twentieth-century literature; some writers have sought to emulate it, others to parody it. In the centenary year of Du côté de chez Swann, Edmund White pronounced A la recherche du temps perdu "the most respected novel of the twentieth century."
Marcel Proust, 1871-1922
Biographical note
French novelist, essayist, and critic, best known for his extended memoir/autobiographical novel, À la recherche du temps perdu, (in English, In Search of Lost Time; earlier translated as Remembrance of Things Past), published in seven parts from 1913 to 1927.
Works
À la recherche du temps perdu
- Du côté de chez Swann [1913]
- À l'ombre des jeunes filles en fleur [1918]
- Le côte de Guermantes [1920]
- Sodome et Gomorrhe [1922]
- La prisonnière [1e partie, 1923]
- La prisonnière [2e partie, 1923]
- Albertine disparue [1925] (original title: La fugitive)
- Le temps retrouvé [1e partie, 1927]
- Le temps retrouvé [2e partie, 1927]
A la recherche du temps perdu - Marcel Proust
Monday, May 5, 2014
Louis-Jean Calvet
La historia de la escritura comprende los distintos sistemas de escritura que surgieron desde la Edad del bronce (finales del milenio IV a. C.).
Los historiadores hacen una distinción entre la prehistoria y la historia, siendo ésta última definida por la presencia de fuentes escritas autóctonas.. La aparición de la escritura en un lugar determinado viene a menudo seguido de varios siglos de inscripciones fragmentadas que no pueden quedar incluidas en el periodo "histórico", y solamente la presencia de textos coherentes marca la "historicidad". En las primeras sociedades alfabetizadas pasaron no menos de 600 años desde las primeras inscripciones hasta las primeras fuentes textuales coherentes (aproximadamente del 3200 al 2600 a. C.). En el caso de Italia, pasaron unos 500 años desde el primer alfabeto protoitálico hasta Plauto(del 750 al 250 a. C.), y en el caso de los pueblos germánicos existe un lapso de tiempo similar desde las primeras inscripciones del Elder Futhark hasta los primeros textos como el Abrogans (del 200 al 750 aproximadamente).
Desde los tiempos prehistóricos, los hombres han dejado inscritos sus deseos, sus sueños y sus creencias sobre los más diversos soportes, como por ejemplo las "manos en negativo" descubiertas en ciertas grutas, incluso recientemente, en las costas provenzales. La escritura, en el sentido moderno de la expresión, apareció alrededor del año 4.500 antes de nuestra era, en Mesopotamia, hacia la misma época en que surgieron las ciudades y las necesidades administrativas, dos de las principales condiciones necesarias para su emergencia. Después, desde los signos cuneiformes a los jeroglíficos, de los caracteres chinos a los glifos mayas, cada época y cada cultura ha buscado sus propias respuestas a las necesidades de la comunicación escrita, siguiendo sus propios enfoques más o menos originales e ingeniosos. Algunos sistemas de escritura transcriben únicamente los significados, otros --como el alfabeto-- sólo los sonidos, mientras que unos terceros combinan ambos principios. E incluso hay nuevas escrituras que continúan viendo la luz día a día, como por ejemplo las que sirven para transcribir las lenguas africanas. Este libro, elaborado con rigor y claridad, ilustrado por numerosos gráficos y ejemplos, nos conduce al núcleo de una de las más prodigiosas aventuras humanas: la escritura.
Los historiadores hacen una distinción entre la prehistoria y la historia, siendo ésta última definida por la presencia de fuentes escritas autóctonas.. La aparición de la escritura en un lugar determinado viene a menudo seguido de varios siglos de inscripciones fragmentadas que no pueden quedar incluidas en el periodo "histórico", y solamente la presencia de textos coherentes marca la "historicidad". En las primeras sociedades alfabetizadas pasaron no menos de 600 años desde las primeras inscripciones hasta las primeras fuentes textuales coherentes (aproximadamente del 3200 al 2600 a. C.). En el caso de Italia, pasaron unos 500 años desde el primer alfabeto protoitálico hasta Plauto(del 750 al 250 a. C.), y en el caso de los pueblos germánicos existe un lapso de tiempo similar desde las primeras inscripciones del Elder Futhark hasta los primeros textos como el Abrogans (del 200 al 750 aproximadamente).
Por definición, la historia comienza con los registros escritos. Los restos de la cultura humana sin la escritura constituye el ámbito de laprehistoria (véase La escritura y la historicidad más abajo). Sin embargo, el «origen de la escritura ha dejado de ser un misterio».3
La evolución de la escritura fue un proceso originado por la práctica económica y la necesidad en el Antiguo Oriente Próximo.3 La arqueóloga Denise Schmandt-Besserat determinó la conexión entre las «fichas» de arcilla sin categorizar previamente y la primera escritura conocida, el protocuneiforme.3 4 Las fichas de arcilla se utilizaban para representar bienes e incluso puede que unidades detiempo empleado en el trabajo, haciéndose su número y tipos cada vez más complejos según avanzaba la civilización. Se alcanzó un alto grado de complejidad cuando se tuvo que manejar más de cien tipos distintos de fichas, y estaban envueltas con arcilla, con marcas que indicaban el tipo de fichas del interior. Estas marcas pronto reemplazaron a las fichas en sí, y los envoltorios de arcilla se constituyeron, como puede demostrarse, en el prototipo de las tablillas de escritura sobre arcilla
“Historia de la escritura” de Louis-Jean Calvet
De Mesopotamia hasta nuestros días.
Escribe en una tabla, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente.
Isaías 30.8
Isaías 30.8
Este libro nos conduce al núcleo de una de las más prodigiosas aventuras humanas: la escritura.
Historia de la escritura
De Mesopotamia hasta nuestros días
Bizert (Túnez), 1942
Louis-Jean Calvet (Bizert, Túnez, 1942), lingüista y ensayista francés, es actualmente profesor en la Universidad de Provenza Aix-en-Provence. Ha realizado múltiples investigaciones de campo en todo el mundo. Autor de más de veinte títulos, habla varias lenguas y lee un gran número de escrituras distintas.
Desde los tiempos prehistóricos, los hombres han dejado inscritos sus deseos, sus sueños y sus creencias sobre los más diversos soportes, como por ejemplo las "manos en negativo" descubiertas en ciertas grutas, incluso recientemente, en las costas provenzales. La escritura, en el sentido moderno de la expresión, apareció alrededor del año 4.500 antes de nuestra era, en Mesopotamia, hacia la misma época en que surgieron las ciudades y las necesidades administrativas, dos de las principales condiciones necesarias para su emergencia. Después, desde los signos cuneiformes a los jeroglíficos, de los caracteres chinos a los glifos mayas, cada época y cada cultura ha buscado sus propias respuestas a las necesidades de la comunicación escrita, siguiendo sus propios enfoques más o menos originales e ingeniosos. Algunos sistemas de escritura transcriben únicamente los significados, otros --como el alfabeto-- sólo los sonidos, mientras que unos terceros combinan ambos principios. E incluso hay nuevas escrituras que continúan viendo la luz día a día, como por ejemplo las que sirven para transcribir las lenguas africanas. Este libro, elaborado con rigor y claridad, ilustrado por numerosos gráficos y ejemplos, nos conduce al núcleo de una de las más prodigiosas aventuras humanas: la escritura.
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