Tuesday, August 25, 2015

Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl

Cē Ācatl Tōpīltzin (en náhuatl 'Uno Caña Nuestro Venerable Señor')

hacia los trece años fue estudiante en la ciudad de Xōchicalco. En el 925 lo eligieron rey en Tula.[Nota 2] Poco después fue "tentado" por el dios Tezcatlipōca, motivo por el cual le expulsaron del reino. Peregrinó por Ānahuac. Hacia el 981 fue recibido por el rey maya Ulil en las ciudades de Chichén Itzá y Uxmal. Regresó al Altiplano de México y radicó en la ciudad de Cholula, donde se dedicó al trabajo pedagógico. En 947 se dirigió a la ciudad de Hueitlapala o Huehuetlapallan, cercana a la actual Coatzacoalcos, donde se embarco en una "balsa de serpientes" y allí se autoincineró.[4]
Debido a la nobleza de su vida y enseñanzas, sus descendientes le nombraron Nacxitl Quetzalcōātl, 'cuarto paso de la serpiente emplumada' o Mocōnetzín 'el hijo del maguey'. Tōlpīltzin definió el canon del saber tōltēca, recogido en diversos documentos, principalmente en el libro oral Huēhuehtlahtōlli, 'antiguas palabras', conservado a través de las transcripciones de Olmos y Bernardino de Sahagún.
La enseñanza de Tōlpīltzin se recoge en el siguiente verso del Códice Matritense: «Dios es uno, Quetzalcóātl es Su nombre. Nada pide, sólo serpientes y mariposas le ofreceréis».

Otra interpretación

Según la leyenda éste fue el rey sacerdote de la ciudad de Tollan en el siglo X de nuestra era. Tollan-Xicocotitlan (Tula) era la capital de la cultura tōltēca. Él era el principal sacerdote del dios Quetzalcóātl, y tomó de los dioses las artes y ciencias para darlas a los hombres. Sustituyó el sacrificio humano por el de aves, mariposas y otros insectos. Después de verse en un espejo que le mostró Tezcatlipōca, consideró que su rostro era horrible, por lo que se dejó crecer la barba y posteriormente comezó a usar una máscara.
Cē Ácatl Tōlpīltzin es considerado como representación de dicha divinidad en la tierra, por lo que lleva una vida ejemplar y casta. Si embargo, no todos los habitantes de Tollan-Xicocotitlan lo ven con buenos ojos y comienza a tener enfrentamientos con los adoradores de Tezcatlipōca, y son ellos, por medio de engaños, quienes hacen que se embriague y falte a su celibato. Debido a su terrible falta, Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóātl debe abdicar y partir exiliado, junto con sus seguidores, a la Península de Yucatán y a los países de Mesoamérica, no sin antes haber prometido su regreso.

Legado de Cē Ácatl Tōlpīltzin

Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóātl, según cuenta la leyenda, no muere en el exilio, sino que se embarca de nuevo en las costas del Golfo y desaparece en las aguas, convirtiéndose en "la estrella de la mañana", Venus. Ce Acatl prometió regresar en cierta fecha del Xiuhpohualli que coincidió con la llegada de los españoles en el año de 1518, lo cual atemorizó a los mexicas, que se consideraban herederos de la cultura tolteca, a pesar de haber alterado sus enseñanzas. De acuerdo al libro de Jorge Larde y Larin, El Salvador: descubrimiento, conquista y colonización, "En los albores de 1520 el capitán Hernán Cortés permanecía aparentemente victorioso en Tenochtitlan, pues ocupaba en paz y sosiego la capital de los tenochcas, mexicas o aztecas y retenía prisionero a Moctezuma Xocoyotzin, el huey tlatoani o emperador de aquella nación. A su real o campamento militar llegaron unos nobles emisarios enviados por los señores de Huehuetlapallan o Antigua Tlapallan, un misterioso país oriental ubicado en la región del lago sagrado de Güija, de donde, según todas las tradiciones, leyendas y pinturas antiguas, dimanaron las altas culturas precolombinas de América invocadoras de Quetzalcōātl, el Lucero de la Aurora".
Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóātl a aparece en muchas de las culturas, leyendas y tradiciones en los países mesoaméricanos, reconociéndolo como aquel que edificó, reconstruyó y glorificó muchas ciudades o centros ceremoniales de Mesoamérica durante su exilio.

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